Probablemente una de las cuestiones más problemáticas y <br />más debatidas en el análisis de los medios de comunica- <br />ción es el de su impacto sobre las opiniones y las "visiones <br />del mundo" del público. Y, por la propia naturaleza de las <br />cosas, está en primer plano la cuestión de su impacto polí- <br />tico. No es por casualidad que las grandes dictaduras del <br />siglo XX se propusieran, por primera vez, una utilización <br />consciente y explícita de los medios de comunicación <br />como vehículo ideológico, como instrumento propagandís- <br />tico de los respectivos regímenes, y a la vez como instru- <br />mento de diabolización de los adversarios. <br />En contextos democráticos, la cuestión es menos dramá- <br />tica pero no importando menos: ¿Son radio y televisión ins- <br />trumentos eficaces en la lucha política? ¿Cuál es su impac- <br />to? ¿Cómo afectan a los ciudadanos las informaciones <br />transmitidas, las opiniones vehiculadas?