Se cumple un mes del comienzo de las manifestaciones prodemocráticas multitudinarias en Hong Kong, la revolución de los paraguas.

Paralelamente a las acampadas en la calle, sus organizadores han convocado para este martes una gran concentración, en la que se guardarán 87 segundos de silencio en recuerdo de los 87 disparos de gas lacrimógeno efectuados por la policía contra los manifestantes, que utilizaron sus paraguas como escudos protectores.

La procedencia de ese gas lacrimógeno es el origen de una nueva polémica. Un diario local denunciaba que había sido comprado a una empresa del Reino Unido. Y que desde 2012 este país ha vendido a su excolonia todo tipo de armamento. Estas exportaciones serán revisadas ahora por Londres.

El movimiento prodemocrático hongkonés exige que las autoridades chinas no preseleccionen a los candidatos de los comicios de 2017 y pide la dimisión del jefe del Gobierno local por considerarlo una marioneta de Pekín.