DOCE br br Arribistas de todos los pelambres: br ¿Cómo van sus intrigas palaciegas? br Los he visto canijos y con hambre br junto a las puertas de antesalas ciegas. br br Ignoro qué se pide y qué se entrega br en esos sitios de color de alambre; br ajeno vivo a semejante brega, br mis medias tejo con mejor estambre. br br Escribo y leo y escribiendo digo br todas las cosas que me causan pena. br No doy tregua, tampoco la maldigo. br br En mi ferviente soledad serena br con mi verso feroz lanzo el castigo br que merece el traidor como condena.