Con 185 votos a favor y 156 el parlamento francés aprobó una reforma a la ley del trabajo más endurecida que la que presentó el presidente Francois Hollande. En la modificación se elimina el límite legal de las 35 horas semanales de trabajo, y pasan a 39 si hay acuerdo con las empresas. Las redes sociales ya registran las movilizaciones y muestras de rechazo social respecto de ese hecho.