Al menos diez militares han sido arrestados en Turquía por su presunta implicación en el bombardeo del hotel en el que se encontraba el presidente turco en la noche del golpe de Estado fallido.

Más de 20 sospechosos han sido detenidos por su presunta implicación en el ataque contra el hotel de la localidad de Marmaris en el que esa noche se alojaba Recep Tayyip Erdogan.

Desde la asonada del pasado 15 de julio, casi 11.000 personas han sido arrestadas y otras 60.000 despedidas.

A las purgas en el Ejército se suma ahora un decreto por el que el Gobierno de Erdogan asumirá la gestión de las Fuerzas Armadas del país. Medidas con las que pretende neutralizar a los seguidores del predicador Fethullah Güllen, al que acusa de haber organizado el golpe.

La Unión Europea ha manifestado su preocupación por estos arrestos y despidos masivos y ha advertido de que el pacto alcanzado con Turquía para deportar a los refugiados desde su territorio podría fracasar.

De hecho, el ministro turco de Exteriores ha asegurado que su país se distanciará de ese acuerdo si Bruselas no elimina para octubre la exigencia de visados a sus ciudadanos.