Jalalabad (Afganistán), 25 ene (EFE/EPA).- (Imagen: Ghulamullah Habibi).-  Equipos de seguridad afganos continúan hoy inspeccionando las instalaciones de la organización Save the Children en la capital de la provincia afgana de Nangarhar luego del ataque llevado a cabo el miércoles por miembros del yihadista Estado Islámico (EI).
En el ataque que duró casi diez horas perdieron la vida diez personas, cinco de ellas terroristas, mientras que veintiséis resultaron heridas.
Al respecto el secretario general de la ONU, António Guterres, se declaró "horrorizado" por el ataque contra la sede de la organización humanitaria.
"Las organizaciones humanitarias suministran ayuda vital a los hombres, mujeres y niños más vulnerables de Afganistán.
Los trabajadores humanitarios y sus instalaciones y equipos nunca deben ser un objetivo", dijo Guterres a través de su portavoz, Stéphane Dujarric.
El diplomático portugués subrayó que todas las partes del conflicto afgano están obligadas bajo la legislación internacional a proteger a los equipos de asistencia y a los civiles. IMÁGENES DE LAS CONSECUENCIAS DEL ATAQUE CONTRA LA SEDE DE SAVE THE CHILDREN EN JALALABAD.
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