En Perú, el cáncer se ha convertido en un lucrativo negocio pues pese a que los medicamentos para esta enfermedad están exentos de impuestos, las compañías que los importan han elevado sus precios hasta en un 120. Los pacientes oncológicos, al no encontrar estos medicamentos en los hospitales públicos donde son tratados, deben adquirirlos en las farmacias, a los excesivos precios en que son ofertados.