No hace falta ser un superatleta para hacer el Camino de Santiago que, por cierto, estos días está muy transitado ya que se acerca la festividad del santo-patrón. Para ver la imagen del botafumeiro impregnando de incienso la Catedral de Santiago, falta una semana. Y los peregrinos después de días caminado a algunos les falta ya muy poco para llegar a la meta, la Plaza del Obradoiro. Y muy satisfechos porque en esta experiencia te puedes encontrar todo tipo de personas. Está el solitario, la familia, que acude arrastrando el carro, o hasta con la niña acuestas. O la parejita de recién casados.  Aunque a estas alturas del camino todos tienen algo en común... los pies destrozados. Pero no todo es peregrinar andando. Hay quien lo hace en bici y cunde mucho más. A pie o sobre dos ruedas, da igual, lo importante es, terminarlo.