La policía libia no podía creer lo que ha encontrado en ese camión frigorífico, abandonado en la ciudad de Garabulli, a 65 kilómetros de Trípoli. Ellos han logrado sobrevivir a dos días de encierro en la cabina, sin aire, apenas sin agua. Gritaron desesperados cuando comprobaron que el vehículo se había detenido y no se podía abrir. Siete no han sobrevivido. Todos habían pagado para cruzar el Mediterráneo, para llegar a Europa. Han contado que el hombre que los engañó detuvo el camión a punta de pistola y les obligó a meterse en él. El conductor dejó el vehículo a un lado de la carretera y les abandonó a su suerte. Este oficial de Inmigración dice que, tras recibir primeros auxilios, 28 han vuelto a la vida. Una vida marcada por el deseo inalcanzado de un futuro mejor.