En la ciu­dad vie­ja de Je­ru­sa­lén se han adop­ta­do es­tric­tas me­di­das ante la pan­de­mia del CO­VID-19. Una es­ce­na muy inusual se re­pi­te por en cada rin­cón: las ca­lles va­cías, los ne­go­cios ce­rra­dos, y los po­bla­do­res con­fi­na­dos en sus ca­sas.