El prolongado conflicto bélico en Ucrania, que lleva ya más de 20 meses, marcó el punto de mayor tensión entre Rusia y Occidente desde el final de la Guerra Fría. Con EE.UU. y sus socios europeos decididamente volcados en apoyo del país invadido, quedan pocos actores capaces de mediar en el conflicto. Pero un actor asume un rol cada vez más protagónico en la escena internacional: la República Popular de China. En este informe, nos preguntamos si el gigante asiático puede convertirse en un mediador confiable para resolver el enfrentamiento bélico que tiene en vilo al planeta.