Los trastornos alimentarios afectan al menos al 9% de la población mundial.
Esto es lo que debes hacer si crees que un ser querido puede padecer un trastorno alimentario.
Antes de hablar con él, es importante conocer los signos asociados a los trastornos alimentarios.
Conocer datos sobre nutrición y ejercicio también puede ser útil.
Cuando hables con tu ser querido, no menciones su peso ni su aspecto, ni le acuses de padecer un trastorno alimentario.
Utiliza frases con "yo", como "oye, me he dado cuenta de que estás hablando más de dietas" y recuérdale que siempre puede hablar contigo.
Si tu ser querido está preparado para iniciar el proceso de recuperación, deberías animarle a buscar ayuda de un terapeuta o un médico.
Es fundamental que tu relación con él no gire en torno a su recuperación, ya que podría alejarse de ti.