Peugeot 308br br Maniobra de esquivabr br En la primera pasada, que siempre hacemos sin que el conductor conozca las reacciones del vehículo ante este tipo de maniobras, entramos a 80 kmh, que es un poco más que la velocidad objetivo de 77 kmh. No la conseguimos superar sin derribar conos, pero las reacciones del coche fueron ejemplares, sin movimientos extraños o rebotes y con un pequeño sobreviraje que ayudó a encarar el último carril con más facilidad.br br Además cabe señalar que, en esta y en otras pasadas, el coche perdía poca velocidad durante todo el ejercicio, lo cual es un claro indicador de que tanto el chasis como el control de estabilidad están muy bien puestos a punto.br br Pero no todo fueron buenas noticias durante la jornada. En uno de los intentos en los que entramos a 73 kmh y tras pasar dos de los tramos delimitados por los conos, la dirección asistida falló y el coche se quedó sin asistencia en la misma. Apagamos y encendimos el motor y volvió a funcionar con normalidad, pero en el siguiente intento, que fue a mayor velocidad, ocurrió exactamente lo mismo y en el mismo lugar.br br Con una segunda unidad de 308, que era idéntica en cuanto a motorización, marca, modelo y medida de neumáticos e incluso color de la carrocería, no tuvimos este problema y pudimos completar el ejercicio sin contratiempos.br br La mejor pasada la realizamos a 72 kmh, una cifra baja en términos absolutos y claramente inferior a la que conseguimos con el 308 modelo-año 2017, que fue de nada menos que 82 kmh. Las reacciones del coche, no obstante, fueron idénticas a las comentadas para la primera unidad, es decir, seguras, fáciles de controlar y sin movimientos que desconcertasen al conductor.