Cada uno tiene su método.br br La mafia siciliana tiene entre su siniestras costumbres la de disolver cadáveres en ácido.br br Un ejemplo escalofriante es la ‘cámara de la muerte’ en Palermo, un apartamento donde el capo Filippo Marchese hizo desaparecer en un tanque de sulfúrico los cuerpos de más de 100 de sus víctimas.br br Otro sistema, que quizá descubrieron ustedes si vieron la serie ‘Los Sopranos’, es la de echar el cadáver a los cerdos.br br El gorrino es un animal omnívoro y voraz. No deja nada, ni las suelas de los zapatos.br br Hay facineroso que recurren al horno crematorio y otros, más primitivos, que siguen aferrados a la bolsa de hule y un lastre de piedras, para anclar en el fondo del mar lo que no quieren que no aparezca.br br Los grandes delincuentes financieros, los autores de millonarias estafas farmacéuticas o inmobiliarias y otros maleantes de cuello blanco, recurren a la trituradora de papel y a la manipulación informática.br br Hay alguno que prefiere reventar a martillazos el disco duro.br br Los del PSOE, la cuadrilla del marido de Begoña y afines, se han especializado en el borrado del móvil.br br Y ahí tenemos al fiscal general del Estado, procesado por revelación de secretos.br br En otras palabras, por filtrar información confidencial sobre González Amador, novio de Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid.br br Se las prometía muy felices García Ortiz y hasta Sánchez se permitió arrogante exigirnos que pidiéramos disculpas, cuando la UCO de la Guardia Civil reconoció que no había nada en los dispositivos del paisano.br br Pues resulta ahora, como no podía ser de otra manera, que el juez Hurtado considera que lo que hizo el fiscal es una ‘evidencia’ .br br Puntualiza el magistrado que dejar la memoria del teléfono móvil limpia como una patena no es delito en si, pero sugiere, indica, apunta que el autor podría intentar borrar pruebas y que eso lo debe llevarlo al banquillo.br br Pues p’alante, como tendrá que ir pronto su jefe, si en España hay Justicia digna de ese nombre.