Las nuevas revelaciones sobre la crisis interna de Vox y su vinculación con la asociación juvenil Revuelta ensombrecieron este martes la celebración de la dirección del partido, encabezada por Santiago Abascal, que festejaba como un triunfo propio la victoria electoral del ultraderechista José Antonio Kast en Chile. La información conocida apunta a que Abascal estaba al tanto de las presuntas irregularidades contables de Revuelta, un hecho que lo sitúa en el centro de la polémica política y que también alcanza a los dirigentes designados por él para gestionar la situación.br br Según los implicados, el asesor de Vox Kiko Méndez-Monasterio conocía los problemas financieros de la organización juvenil desde el pasado mes de marzo. Sin embargo, el partido no denunció formalmente los hechos hasta diciembre, lo que ha generado dudas sobre la gestión interna y la transparencia de Vox. Este movimiento se produjo justo después de que Jorge Buxadé, jefe de la delegación de Vox en el Parlamento Europeo y coordinador jurídico de la formación, asumiera el control de las negociaciones por orden directa de Abascal.br br Buxadé mantuvo al menos dos reuniones con los responsables de Revuelta con el objetivo de “resolver” la crisis. En esos encuentros, trasladó su disposición a colaborar para encontrar una salida jurídica al conflicto, en un intento de contener el impacto político y mediático del caso dentro y fuera del partido.