RTVE ha protagonizado un inusual y polémico incidente durante la presentación de su programación navideña. En un evento que anualmente congrega a todos los medios especializados en el Teatro Real, la televisión pública decidió "reírse de la prensa especializada" al montar una broma elaborada sobre la elección de los presentadores de las Campanadas de Fin de Año.br La expectación era máxima, ya que nunca antes RTVE había tardado tanto en desvelar los rostros de sus Campanadas, y a 16 de diciembre los nombres seguían siendo un misterio. La urgencia por encontrar sustitutos se generó la semana pasada tras la inesperada baja de Andreu Buenafuente y Silvia Abril, quienes abandonaron todos los proyectos por "exceso de trabajo" o motivos de salud.br En lugar de anunciar a los relevos, María Eizaguirre, directora de Comunicación de RTVE, y Sergio Calderón, director general de Televisión Española, anunciaron que la televisión pública había decidido abrir una votación pública el viernes a las ocho de la mañana para que el público eligiese a los presentadores. El formato de la supuesta votación era similar al que recientemente eligió a Vito Quiles y Gabriel Rufián.br La información de la votación, que se presentaba como un hecho, fue recogida rápidamente por varios medios que ya estaban preparando sus artículos,. Sin embargo, la broma se extendió por "más de cinco minutos", durante los cuales se repartieron pegatinas del icónico muñeco de Inocente, Inocente.br Finalmente, RTVE anunció que no había ninguna votación, y que todo era una broma para celebrar los 30 años de la gala Inocente. La realidad era que la cadena todavía no tenía los nombres de los presentadores. En lugar de dar la noticia directamente, RTVE optó por la burla, a pesar de que la noticia de la sustitución habría sido suficiente para generar interés.br Los nombres reales de los presentadores sustitutos serán desvelados el jueves por la tarde, a las 20.30 horas, en el programa Aquí la Tierra. El evento de presentación de la programación navideña, que suele ser un "gran espectáculo" basado en el quid pro quo de promoción a cambio de noticias, terminó con la sensación de que RTVE había "tomado el pelo a la prensa presente".