Entre 1994 y 1995 las autoridades sudafricanas estaban alarmadas por el creciente numero de muertes de mujeres que aparecían en Pretoria y Johannesburgo. Muchas de ellas eran dejadas con sus manos atadas atrás. Una de ellas fue vendada. Muchas eran encontradas con sus cabezas cubiertas por su ropa. Aparentemente mato a la primera, porque le había gritado cuando el le pidió una dirección. "No puedo recordar su nombre" dijo "La mate y la deje ahí. Fui a casa y me duché". Robert Ressler, jefe de la unidad de ciencia del FBI, fue llamado para ayudar en la investigación. Ressler concluyó que los asesinatos en Cleveland suburbio de Johannesburgo, y Boksburg, suburbio de Pretoria, estaban ligados. En su expediente psicológico del asesino se creía la posibilidad de dos asesinos trabajando juntos.